EL BLOG DE SAMUELA lo largo de su vida, Samuel nos escribió numerosas cartas para animarnos en nuestro caminar con Dios. Su vida ha sido un ejemplo de servicio a Cristo, viviendo para extender el evangelio por Latinoamérica.
El ya está con el Señor, pero sus palabras siguen escribiendo nuestros corazones. |
Queridos Amigos: Hemos entrado, o entrarán pronto, a la edad de los placeres y las responsabilidades de ser abuelos. Es un privilegio lindo ser abuelos. Tener abuelos es un gran regalo divino. Yo recuerdo a cuatro bisabuelos y un par de tíos abuelos en mi niñez. En aquel entonces no consideraba que era un privilegio tan grande tener a tantos viejos en mi familia, pero ahora sí reconozco que yo era “bienaventurado”. Tantos amigos míos no tenían esa experiencia y apenas conocían a sus abuelos. ¿Cuáles son los beneficios para los niños? 1º Perspectiva de la vida. La vida es de “estaciones” bien marcadas. El niño está en su primavera. Pronto llegará a su verano de la adolescencia y juventud robusta. Algún día entrará al otoño de la madurez. “La cosecha” siempre se relaciona con el otoño. En la vida humana es cuando toda la preparación de la educación y el entrenamiento lleva su fruto. Luego viene el invierno cuando se esperan tiempos difíciles pero con lo que hemos cosechado en el otoño podemos vivir bien. Así el niño aprende que él está en ese mismo camino. 2º Otro beneficio que recibe es (o debería ser) una atención especial de aquellos que le aman como una extensión de sus propias vidas. Los abuelos son los que pueden amar a sus nietos con un amor más generoso que los mismos padres porque no son los finalmente responsables, sino los que saben cuán rápido salen de la niñez. Conocen por experiencia: “Ayer ya pasó y puede que mañana nunca llegue; Sólo tenemos hoy seguro…” Por supuesto, hoy se llama “el presente”. Es un “presente”, un regalo de Dios que tenemos que administrar bien. No dejemos pasar ese “presente” en cuanto a nuestros nietos. 3º Los abuelos tenemos sabiduría ganada por las experiencias, tanto las difíciles como las hermosas. Nosotros podemos enseñar a nuestros nietos lo que hemos aprendido de tantos años, lo que les puede ayudar a evitar nuestros errores y aprovechar mejor las oportunidades. Pero hay que saber enseñar. No es “aleccionar”, o sea, dar clases. No es “regañar”, o sea, sólo ver sus faltas. Los abuelos no debemos mandar ni demandar. Nuestra sabiduría se pasará a las generaciones por medio de las historias que enseñan principios. Historias verídicas de la vida, historias del folklor de nuestra cultura, historias bíblicas, en fin, toda clase de historia que hemos aprendido a lo largo de la vida. 4º Somos un beneficio con nuestras oraciones. Abuelos que oran por sus hijos y nietos son una fuente de muchas bendiciones para este mundo. Tenemos un poco más de tiempo y mucha más libertad para orar que los mismos padres. Tenemos más problemas con la salud, la memoria, la falta de energía, etc., pero hay maneras de vencer estos obstáculos y servir a nuestras familias como intercesores delante del Trono de Gracia. Una lista de oración en la Biblia donde estamos leyendo (diariamente, ¿no?) nos ayuda a recordar este trabajo de padres y abuelos. Unas fotos de cada uno en la pasta de la Biblia es otro recuerdo bueno. Unos versículos favoritos que encontramos para guiar nuestras peticiones también ayudan. Las Escrituras oradas son las mejores oraciones. Hay beneficios muy prácticos también que no debemos negarles: visitas frecuentes, cartas, llamadas por teléfono, regalitos y sobre todo, el amor incondicional. Los abuelos debemos ser símbolo de un bien, “una bienaventuranza”, para nuestros nietos. Deberían tener gozo y paz cuando nos ven llegar o cuando piensan en nosotros. ¿Es así, mis amigos, en nuestra experiencia familiar? Nunca es tarde para empezar, para cambiar, para mejorar. ¡Sólo es demasiado tarde si no lo hacemos! Tenemos en nuestro poder regalar algo precioso a nuestros nietos: nosotros mismos. El egoísmo quita esa posibilidad y crea unas experiencias amargas en vez de beneficiosas. La única manera de no llegar a ser un viejo amargado, egoísta y solitario es decidir ahora cambiar. Y pedir mucho a Dios todos los días que nos guarde de tan feo destino. Los nietos son un enorme beneficio, bendición y bienaventuranza para nosotros si tenemos una buena relación con ellos (y con sus papás, por supuesto). Las bendiciones son recíprocas siempre. Si somos bendecidos por Dios, seremos una bendición para otros…y ellos lo serán para nosotros también. Miren la promesa divina hecha a Abraham: “Haré de ti una nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan…” Yo no sé cómo ni dónde Dios quiere hacer esto en tu vida más que en tu familia con tus hijos, nietos y bisnietos. Pruébale. Reclama esta promesa en oración y empieza a practicarla en tu familia. Hacen falta los buenos abuelos en este tiempo de tantas influencias terribles por todos lados. Dios te llama a “abuelear bien”. Abrazos, Samuel Pd. No hemos olvidado nuestro retiro para la Tercera Juventud. Vamos a buscar una fecha antes de diciembre para juntarnos otra vez.
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