EL BLOG DE SAMUELA lo largo de su vida, Samuel nos escribió numerosas cartas para animarnos en nuestro caminar con Dios. Su vida ha sido un ejemplo de servicio a Cristo, viviendo para extender el evangelio por Latinoamérica.
El ya está con el Señor, pero sus palabras siguen escribiendo nuestros corazones. |
Queridos Amigos de los Años Dorados: En la mayoría de los países de climas de cuatro estaciones, en el otoño se presenta un espectáculo hermoso cuando las hojas de los árboles cambian a un color dorado antes de caerse para el invierno. Nuestras vidas después de los 50 años han sido llamados así “Los Años Dorados”. Creo que esta descripción no es por las cosas físicas sino porque la madurez de todo el carácter alcanza su apogeo de hermosura. O debería de alcanzarla. Mucho depende de nuestra actitud: si es positiva o negativa. Si estoy enojado con Dios porque ya no puedo hacer todo lo que podía hacer en mis “Años Verdes”, por supuesto no me van a gustar los “Años Dorados”. Si en cambio, aprovecho las bendiciones de mi experiencia, de ser abuelo y padre de hijos maduros, de las oportunidades de servir a otros, de más tiempo para orar y llegar a conocer mejor a Dios, etc., voy a ser feliz. Un anciano feliz es una bendición que todos quieren compartir y no faltan invitaciones y oportunidades. Pero si uno es un viejo gruñón infeliz, él hace a los demás tan miserables como él es. Desgraciadamente, hay muchos negativos que creen que es su privilegio incomodar a todos por sus incomodidades de la vejez. No seamos así, amigos. El tiempo es demasiado corto para malgastarlo. Recibimos este pensamiento de unos amigos y pensé que sería una bendición para nuestros amigos de la Tercera Edad. Se llama: Un Viaje en el Tren de la Vida Un día leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una comparación extremadamente interesante cuando es bien interpretada. Interesante, porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, con algunas subidas y bajadas tristes. Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas: nuestros padres. Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más. Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje debe continuar; conoceremos otras interesantes personas durante la larga travesía, subirán nuestros hermanos, amigos y amores. Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas. En el tren también viajaran personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros en cambio viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados. Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos. Pero eso no nos impedirá, con alguna dificultad, acercarnos a ellos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca…no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan. Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje: el de ida. Tratemos, entonces, de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo, seguramente. Alguien nos entenderá y ayudará en ese momento. El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cual estación nos tocará descender. Pienso: cuando tenga que bajarme del tren, ¿ sentiré añoranzas? Mi respuesta es SI; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste. Separarme de los amores de mi vida será doloroso. Pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas. Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando...¿Quién subirá?, ¿Quién será? Me gustaría que pensaras que, desembarcar del tren, no es sólo una representación de la muerte o el término de una historia que dos personas construyeron y que por motivos íntimos dejaron desmoronar. Estoy feliz de ver como ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar, eso es señal de lucha y garra y saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros. AGRADEZCO porque estemos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestros asientos no estén juntos, con seguridad el vagón es el mismo. Ahora poca gente viaja en tren pero en nuestros años ir en tren daba un viaja más seguro y cómodo, especialmente para las distancias largas. Podemos entender la moraleja de esta historia mucho mejor que los jóvenes de hoy. Espero que sea muy clara la idea del gozo que deberíamos estar experimentando del viaje en tren. Creo que hay una moraleja que deberíamos enfatizar. Como en un viaje de tren, es importante en la vida escoger bien el destino que deseamos. No me refiero a la muerte física, que es común a todos los humanos. Hay dos destinos para cada humano: con Dios por la gracia en Cristo, o separados de Dios por la incredulidad. No sería justo darles esta reflexión sobre la vida como un viaje en tren sin aclarar esta verdad. Amigos, las Buenas Noticias son: Dios nos ama tanto que envió a Su Hijo para morir por nuestros pecados y así pagar nuestra deuda horrenda; que resucitó para darnos la vida eterna; que ahora está a la Diestra del Padre intercediendo para nosotros; y que volverá como Rey Vencedor para traer el Reino de Dios a este mundo. Sólo tenemos que creer en El para experimentar la vida nueva y vivir en justicia, amor y paz mientras vamos por nuestro viaje. Pero también hay unas Malas Noticias: que los que rechazan este Plan Eterno de Salvación y tratan de salvarse por algún otro plan están destinados para la eterna separación de Dios. Estos dos mensajes demandan una decisión de parte de cada uno de nosotros. Estamos seguros que todos quieren estar con Dios. Si nunca has tomado esta decisión, ahora es un buen momento para hacerlo. Abrazos, Samuel
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